La espera

Cuando me baje del vehículo lo primero que pensé es que me había equivocado de día. ¿y si fue el sábado anterior?, pensé. Mis dudas se disiparon cuando de un auto blanco una mano me señalaba, era miguel cisternas que conversaba con su celular. El comienzo lento, continuo lento, no éramos mas de tres que escuchábamos una historia impensable de ataque al corazón que resulto ser una alza de presión y que al parecer después era un problema de estomago. Poco a poco nos fuimos juntando, hasta ser un grupo de 10 personas que nos conocíamos versus un grupo mayor de seguritos jóvenes que nos superaban. El tiempo no pasa y las nuevas generaciones salen y se posicionan en el mercado de la libre competencia.Una vez dentro de la sala de reuniones donde quedo marcadamente la diferencia de bandos, por un lado los nuevos y el otro los originarios, solo una sombra de un data show que se prolongaba en un cubre piso en suelo dividía las dos fronteras.